Los fabricantes de este tipo de lámparas aseguran que están diseñadas para durar una gran cantidad de años u horas de encendido, sin embargo, hay casos puntuales en los que comienzan a fallar prematuramente.

Comenzaremos señalando que los LEDs no se queman, al menos no en el sentido riguroso de la palabra. A diferencia de las lámparas incandescentes, en los LEDs no existe uso de calor, gases o cables que se puedan quemar. El microchip dentro del LED produce al funcionar una pequeña cantidad de calor, que es eliminado por el disipador de calor.

Entonces, si un LED no se funde ¿Por qué fallan estos elementos de iluminación?

• Problemas en la instalación eléctrica: Es probablemente la principal causa por la que los LEDs que hayamos instalado puedan llegar a tener problemas. La instalación debe estar en buenas condiciones no solo para que los elementos de iluminación funcionen de manera correcta, sino también el resto de los aparatos eléctricos. Los principales factores que influyen en este aspecto suelen ser la calidad del cableado, de las conexiones, de las derivaciones y la ausencia de tomas a tierra.

• Fluctuaciones de voltaje o sobretensiones: Los LED necesitan una tensión constante para funcionar correctamente. Si se produce una subida de tensión, aumentará la corriente que recorre los diodos, que se calentarán en exceso y puede provocar una falla en el corto plazo.

• Uso inadecuado: Las especificaciones de cada producto responden a las características de un entorno concreto. No es lo mismo la iluminación de un comercio, en el cual la lámpara pasará una gran cantidad de horas encendida, que la de la cocina de una casa, en la que probablemente tenga un uso mucho menos intensivo. Lo mismo ocurre para la iluminación de un baño, para la cual la lámpara probablemente esté expuesta a vapor de agua o humedad, que la de un pasillo. Es importane conocer las limitaciones y capacidades de los productos, para no sobreexigirlos.

• Utilización en conjunto con lámparas de otras tecnologías: Los LEDs son muy eficientes, pero no se llevan bien funcionando al mismo tiempo con otros tipos de iluminación. Las lámparas y tubos fluorescentes o de bajo consumo necesitan una pequeña sobretensión para poder encenderse. Esto se puede ver claramente al momento de encender un tubo fluorescente, que hace varios `chispazos´ hasta poder encenderse por completo e iluminar. Esta diferencia con el mecanismo de encendido de otras lámparas, puede afectar a la vida útil del LED negativamente, por lo que conviene no combinarlas.
• Temperatura excesiva: No todos los LEDs están diseñados para funcionar en luminarias cerradas. Colocar una lámpara encerrada en un plafón o globo que no tenga circulación de aire puede provocar el acortamiento de su vida útil. Los LED son semiconductores, y con temperaturas de trabajo por encima de los 40-45ºC, comienzan a degradarse.
• Producto defectuoso: Puede ocurrir que la lámpara que hayamos adquirido haya tenido algún error en su proceso de fabricación, o que sus materiales constructivos fueran de baja calidad. Es importante en este aspecto confiar siempre en fabricantes y marcas reconocidos, con trayectoria y experiencia en el mercado de la iluminación, que puedan certificar sus productos bajo normas y estándares de calidad nacionales e internacionales, y que ofrezcan períodos de garantía para el recambio de los productos en el caso de que éstos presenten problemas.

Fuente: Años Luz