TRANSICIÓN ENERGÉTICA: BENEFICIOS Y CLAVES PARA IMPULSARLA
La transición energética es el reto más importante y urgente para enfrentar la amenaza del cambio climático.
La transición energética hace referencia a un cambio significativo ya largo plazo en el sistema energético de un país, región o escala mundial. En otras palabras, se trata de una serie de transformaciones en los modelos de producción y consumo de la energía a través de la electrificación y digitalización de los principales sectores económicos.
"La transición energética se refiere al proceso de cambiar el sistema energético actual, que a menudo depende en gran medida de los combustibles fósiles, hacia un sistema más sostenible y renovable. Esto implica el uso creciente de fuentes de energía renovable, como la solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica, así como la mejora de la eficiencia energética y la adopción de tecnologías más limpias. El objetivo principal de la transición energética es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático, además de promover la seguridad energética. . . . .y la independencia"
A lo largo de la historia se han sucedido varios cambios en el modelo energético. El último fue el del carbón al petróleo en el siglo XX. La presente transición energética surge de la necesidad de acciones para mitigar el cambio climático. Para mantenernos dentro de los límites de calentamiento «seguros», debemos detener las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Y esto implica descarbonizar el sistema energético actual abandonando los combustibles fósiles y reemplazándolos por fuentes de energía limpia.
Los gases de efecto invernadero son aquellos gases que se acumulan en la atmósfera de la Tierra y que absorben la energía infrarroja del Sol . Esto crea el denominado efecto invernadero, que contribuye al aumento de temperatura global del planeta.
Beneficios de la transición energética
Además de las ventajas para el medio ambiente, el cambio actual en el sistema energético tiene un impacto positivo en la economía y la sociedad. Estos son los efectos favorables más destacados de la transición energética:
Beneficios ambientales
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Disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero: La quema de combustibles fósiles emite contaminantes como el dióxido de carbono (CO2; el principal gas de efecto invernadero) y el metano (CH4). Adoptando fuentes de energía limpia se reducen las emisiones de GEI , ayudando a combatir el cambio climático.
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Aire más limpio y mejor salud: Las fuentes de energía renovables y la movilidad eléctrica reducen la contaminación atmosférica . Esto se traduce en una mayor calidad del aire y en menos problemas respiratorios y muertes prematuras asociadas.
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Soberanía energética: Las energías renovables, como la eólica o la solar, permiten depender en menor medida de combustibles fósiles procedentes de otros países y tener un suministro energético más estable.
Medidas para acelerar la transición energética
La ONU Cambio Climático advierte que no vamos por la senda correcta : los planes nacionales de acción por el clima nos llevarían a un aumento de más del 10 % de GEI para 2030, en comparación con 2010. Ante esta situación, las Naciones Unidas han declarado la presente década como la de la acción climática e instantánea a acelerar las soluciones encaminadas a enfrentar la emergencia climática.
«La implementación debe acelerarse para aumentar la ambición en todos los frentes, incluyendo la participación de toda la sociedad , para avanzar hacia los objetivos del Acuerdo de París y responder a la crisis climática», apremia su reciente informe técnico sobre el primer balance mundial . ¿Cómo? Las siguientes son las principales acciones a favor de la transición energética y la lucha contra el calentamiento global:
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Energías renovables
Las renovables son el eje central de la transición. Esta transformación conlleva el abandono paulatino de las fuentes fósiles y su reemplazo por renovables , al mismo tiempo que se promueve el desarrollo de nuevas tecnologías como el hidrógeno verde .
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Electrificación
La electrificación de la movilidad y los consumos contribuye a la descarbonización. Sustituir la electricidad a partir de fuentes fósiles no renovables (carbón, petróleo, etc.) por la generada por energías renovables, como la fotovoltaica y la eólica, a la que más recientemente se han sumado otras como la geotérmica , hace más limpios a su vez otros sectores como el del transporte.
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Digitalización
Por último, la digitalización de la industria y las redes contribuyen a mejorar la eficiencia energética. Favorece la reducción de la huella de carbono de las empresas y la sociedad, completando el proceso de transición energética.
Enfrentar el cambio climático requiere cambiar de un sistema energético dependiente de los combustibles fósiles a uno de bajas o nulas emisiones de carbono , basado en fuentes renovables, cada vez más eficientes y competitivas gracias a los avances tecnológicos. «Debemos convertir todos los compromisos con las emisiones netas cero en un movimiento mundial imparable», insta António Guterres, Secretario General de la ONU. Pero la transición energética no solo encara los desafíos de la crisis climática, también ofrece oportunidades de empleo y nos encamina hacia un modelo económico más sostenible y seguro.
Fuente: DKV
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